Zaragoza, 21 de septiembre a las 23:30…
- Te quiero
- ¿Hasta cuándo?
-Hasta siempre.
- Eso nunca suele ser verdad. La gente dice
esa frase muy a menudo y pocas veces se cumple. Necesito algo más creíble.
- Entonces te querré hasta que todas las
estrellas del cielo dejen de brillar. ¿Y sabes lo bonito de esa promesa? Que
por cada estrella que muera y deje de brillar, muchas otras nacerán y brillarán
con mucha más intensidad, por lo que nuestro amor será inmortal
- ¿De verdad?
- Yo nunca podría mentirte.
Los dos se miran fijamente. Sobran más
palabras. Ella le adora, jamás ha querido tanto a nadie como le ha querido a
él.
Han pasado ya varios meses desde aquella
noche y todavía la recuerda como si fuera ayer. Revive en su cabeza cada beso,
cada suspiro, cada grito, cada gemido… Lo ama, más que a nadie en el mundo.
Él le abraza suavemente y la estrecha entre
sus brazos. Siente cómo si debiera protegerla a cada minuto. Ella se siente
bien junto a él, le ve como a un héroe; su héroe.
Los dos vuelven a mirarse y sonríen al
instante, ella se abalanza sobre él provocando que el chico quede tirado en el
suelo.
Sus labios se funden a la vez que sus manos
recorren cada parte de sus cuerpos.
-
Estás preciosa cuándo sonríes.
-
Entonces contigo estoy preciosa siempre.
-
Eso no es porque sonrías, sino porque lo eres,
sin más.
-
Si quieres que te vuelva a besar dímelo, no hace
falta que me piropees.-le saca la lengua y poco después le vuelve a besar.
Es una preciosa noche de finales de verano.
Las estrellas son su única luz, los únicos testigos de esos besos.
-
Y dime, pronto será tu cumpleaños, ¿cómo lo
quieres celebrar? –le abraza por la cintura y le acaricia sus mejillas. Le
encanta esta chica.
-
Con pasar el día junto a ti me conformo.-se
acurruca en su pecho y cierra los ojos. Imagina que el tiempo se detiene para
poder estar eternamente junto a él.
Esa escena se ha repetido varias veces durante
los últimos meses, pero le encantaría permanecer así por siempre.
-
Los demás también querrán felicitarte, no puedo
otorgarme el privilegio de tenerte sólo para mí en un día tan especial.
-
Yo siempre seré tuya.-le vuelve a besar.
-
Y yo tuyo.-más besos, uno detrás de otro hasta
que acaban desnudos el uno junto al otro.
-
Te quiero Nacho.-dice ella casi gimiendo.
-
Te quiero Pilar.-pronuncia él antes de besarla
apasionadamente.
Zaragoza, 22 de septiembre a las 17:30…
-
¡Feliz cumpleaños Pilar!-gritan todos saliendo
de sus escondites.
La cumpleañera acaba de llegar y todos se
dirigen para abrazarla y felicitarla.
Ella está admirada, por un momento creyó
que todos habían olvidado su cumple, pero él se encargó de prepararlo todo.
Pasó el día junto a ella después de esa
noche tan maravillosa en la que se dejaron llevar nuevamente. Le invitó a comer
en un restaurante elegantísimo mientras sus amigos se encargaban de prepararlo
todo para su llegada y luego no tuvo más que decirle de pasear por el parque
para que se los encontrara de “casualidad”.
Es curioso que todo acabé en el lugar dónde
empezó.
-
¡Felicidades!-le abraza efusivamente.-Dieciséis
años ya, que vieja.-sonríe.
-
Pues los mismos que tú.-le saca la lengua.
-
Pili feliz cumple.-grita otro chico.
-
Gracias Lucas.- el joven le abraza y luego le da
la mano a la chica que antes le ha felicitado.
Los tres se miran y sonríen. Recuerdan esa
noche en la que empezó todo. Pilar se alegra de ver al fin a Sara y Lucas
juntos. Hacen muy buena pareja y aunque las cosas no hayan ido bien del todo se
han apoyado mutuamente siempre.
También se alegra de que ella y Sara sigan
siendo tan amigas como antes, que los demás problemas del grupo no hayan
afectado a su amistad.
-
Felicidades guapísima.-grita otra chica.
-
Gracias Paula.-le da dos besos.- me alegra que
ya estés mejor.
-
Sí bueno, ya era hora de olvidarle.-hace una
mueca sin ser del todo una sonrisa.
Sabe que todavía sigue pillada por Pablo,
al igual que María.
Las cosas se enturbiaron mucho desde
aquella noche, esa en la que salieron a la luz los amores y celos más ocultos
en los corazones de cada uno.
-
Hola chicos, perdón por llegar tarde, estaba
esperando a un amigo.-sonríe avergonzada.-Por cierto, felicidades Pilar.-le
abraza.
-
Muchas gracias María.-sonríe.- ¿No nos vas a
presentar?
-
Sí, perdona. Este es Fran.
El aludido saluda a todos los del grupo.
Hace ya unas semanas que se conocieron.
Ella todavía seguía destrozada por lo de Pablo, pero este chico consiguió que
poco a poco le olvidara. Pasaron muy buenos momentos juntos y ella empezó a
sentir algo, al igual que él. Hasta podría decirse que están empezando algo.
-
Encantado de conoceros a todos, María me ha
hablado muy bien de vosotros.
-
Igualmente.-contestan los demás.
-
¿Y Diana? ¿sabéis algo de ella?-pregunta Pilar.
Los demás niegan.
-
No he vuelto a hablar con ella desde esa
noche.-afirma Sara.
-
Yo tampoco, ni quiero.-responde tajante Paula
que todavía sigue dolida por ese beso que su amiga robó al chico que tanto le
gustaba.
-
Ni yo.-contesta Lucas.-Le he enviado un mensaje
por si quería venir o algo pero no me ha contestado. Su última conexión fue
hace varios meses, creo que se ha cambiado de número.
-
Entiendo.-contesta Pilar apesadumbrada. Le duele
que su amistad haya acabado de esa manera, pero lo que más le hace daño es que
desapareciera sin dejar rastro.
Ha intentado localizarla varias veces,
llamó a su casa, a su móvil, hasta llamó a sus padres; pero ninguno le
contestaba. Fue también a su casa alguna vez hasta que un día se enteró de que
se había mudado sin despedirse.
-
No es momento de melancolías.-dice Nacho que ve
como su novia está a punto de llorar una vez más por el mismo tema.-Bailemos.
Cada chico invita a bailar a cada joven de
la fiesta. Están felices. Parece que la tormenta ha pasado al fin.
Lucas le ofrece la mano a Sara y ésta la
acepta. Bailan pegados. Ella apoya su
cabeza en su hombro para así poder oler más detenidamente su aroma, ese que
desde el primer momento le hipnotizó.
-
Es increíble como al final conseguiste lo que
querías.-le mira con devoción.
-
Te quería a ti. Nada más.-arruga la nariz y le
besa.
-
Pensé que lo nuestro era imposible.
-
No hay nada imposible, si verdaderamente quieres
algo tienes que luchar hasta conseguirlo.
-
Te quiero Lucas, siempre te he querido. Eres el
protagonista de mi historia, siempre lo fuiste.
-
Di mejor nuestra historia. Aún nos queda mucho
por contar.
-
Nuestra historia.-sonríe.
-
Sin título.-añade.
Y bajo una brisa de final de verano,
mientras se oye de fondo aquella canción que marcó el inicio de su relación, se
funden en uno de esos besos propios de película con la diferencia de que esto
sí es real; es su historia, una que no tuvo principio y que jamás tendrá final.
Una historia indefinible, indescriptible. Una historia sin título.