Zaragoza, 18 de abril a las 17:00…
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Entonces, ¿cómo quedamos?
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¿Te parece bien a las siete? Así me da tiempo de
sobras para arreglarme.
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Tú vas guapa te pongas como te pongas.
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No seas zalamero.
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No lo soy.
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Tonto.-sonríe por la otra línea.-Ven a buscarme a las siete a casa y haremos tiempo hasta que vengan los demás ¿vale?
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Perfecto. A las siete te veo. Un beso.
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Un beso.-cuelgan.
La chica deja el teléfono en el escritorio
y se echa en la cama. Está en una nube. Lejos de aquí. Fuera de este planeta
lleno de desgracias. En otra galaxia. En un paraíso, un paraíso llamado sus
ojos. Podría estar toda una vida mirándolos y no cansarse nunca. Le encantan.
Le enamoraron desde el primer momento que osaron posarse en ella. Ama el azul
de sus ojos. Ama el rojo de sus labios. Ama el blanco de sus dientes. Ama el
marrón de su cabello. Ama el carne de su piel. Ama todo de él.
Tirada en la cama reflexiona en cómo empezó
todo, como en un microsegundo ese chico consiguió llevarse lo más preciado que
tenía; su corazón.
Recuerda un texto que hace unos días
escribió entre sonrisas y suspiros:
¿Qué
cómo empezó todo?, ni yo misma lo sé.
Recuerdo
que antes casi no nos hablábamos, nos mirábamos de reojo pero sin cruzar una
palabra.
A
veces nos saludábamos sin mucho entusiasmo y otros días me dedicabas una
pequeña sonrisa un poco forzada. Éramos buenos conocidos.
Un
día, así por casualidad me iniciaste conversación, me sorprendí pero he de
confesar que me gustó, no sé, tenías algo que me gustaba, no sabría explicarlo,
supongo que me fijé en ti mucho antes de lo que yo pensaba.
Cada
día hablábamos más y más, hasta un punto de no poder pasar un día sin decirte
algo.
Nos
contábamos muchas cosas, te convertiste en un buen amigo, una persona de la que
ni en ese momento ni ahora dejaré de confiar. Me gustaba hablar contigo, me
hacía sentir bien y olvidarme de todos mis problemas.
Aún
me acuerdo de todos esos sentimientos, de todas esas risas, de todas las
sonrisas a mi pantalla de ordenador, de todas las lágrimas que derramaba por
cada pelea tonta que teníamos...
En
un principio pensaba que lo que sentía por ti era una buena amistad, poco a
poco me resultaba más difícil no estar contigo, te ibas haciendo un hueco cada
vez más grande en mi corazón. Hasta que un día, me di cuenta que despertaste
algo dentro de mí que jamás había sentido por nadie, un sentimiento que nunca
fue inigualado y que jamás volverá a ser lo mismo.
Quizás
fue tu forma se ser, tus palabras bonitas, tus "buenos días
princesa", tu mirada cautivadora, tu sonrisa que me invitaba a sonreír...
Lo
único que sé es que te quiero como a nadie y que si me dejas ahora, mi corazón
no volverá a ser el mismo.
Le
quería, le quiere y le querrá siempre. Desde ese momento, hasta el infinito.
Nada ni nadie, podrá evitar todos los sentimientos que Pilar siente por él y
eso, es algo que saldrá a la luz muy pronto…
Zaragoza,
18 de abril a las 17:30…
-
¿Te
gusta este vestido?-se lo enseña para que lo juzgue. La otra chica
asiente.-perfecto, entonces creo que me lo pondré para esta noche.
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Pero
ponte una chaqueta. Dicen que esta noche va a refrescar.-le advierte a la vez
que elige un vestido para ella. No se decide entre uno azul y escotado y otro
verde y más cerrado. Su amiga la observa y le ayuda a decidirse.
-
Yo
cogería el azul. Te queda mejor.-le guiña el ojo.-si no me crees; pruébatelo.
-
Hoy
no tengo ganas de nada Paula.-se sienta en la cama con el vestido entre las
manos.
-
Te
dije que no pensaras esta noche en eso.-se sienta junto a ella y le abraza.
Diana se deja llevar y la abraza también.-Hoy tienes que pasar de él y de ella,
que hagan lo que quieran. Además tú hoy también ibas a ligar ¿no?
-
Yo no
dije eso.-mira al suelo.
-
Pues
te digo yo hoy, que tú esta noche te lías con alguien. –le gira la cabeza
obligándole a mirarla.- con lo guapa que tú eres seguro que algún tío se fija
en ti.-sonríe incitándole a seguirle. No lo consigue.
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No
quiero liarme con nadie que no sea él…
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No te
voy a dejar que te amargues Diana, eso lo tengo muy claro.-le abraza, le coge
de la mano y le obliga a levantarse.-Tú y yo esta noche triunfamos.-sonríe.
Diana le mira a los ojos por fin.
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¿Quieres
liarte tú con alguien esta noche?-le pregunta extrañada.
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Puede.-sonríe
pícara.
-
¿Con
quién?-abre los ojos atónita. No le ha contado nada y ya va siendo hora de interesarse por los
amores de su buena amiga Paula, ésa que pase lo que pase, siempre la va a
apoyar.
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No sé
si él querrá, pero me gustaría muchísimo liarme con Pablo.
-
¿Con
Pablo?- no puede creérselo.
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Sí.-asiente
con la cabeza.-ayer, hubo un momento en el que estuvimos los dos a solas en el
que me sentí muy atraída por él. Nunca me había pasado esto con alguien, pues
ya sabes que no me ha llegado a gustar mucho un chico. Pero pienso que Pablo
puede ser el primero y me encantaría poder besarme con él. Aunque sea sólo una
noche.- sonríe al pensar que ese chico tan perfecto puede llegar a chocar sus
labios con los suyos.
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Eso
no me la habías contado.-le regaña de broma.-me lo tendrías que haber dicho
antes.-se ríe.
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Estabas
ya bastante mal por lo tuyo. No quería distraerte.-sonríe tímidamente.
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Mis
problemas no son motivos para que tú no me cuentes tus cosas.-le mira a los
ojos y la abraza. Le alegra saber que su amiga puede interesarse por un tío y
que ese tío sea Pablo. Es un buen chico y la verdad es que hacen buena pareja.
– seguro que te lo ligas.-le guiña el ojo.
-
Eso
espero.-se ríe.-Bueno, ¿nos vestimos ya? Quiero estar preparada cuánto antes.
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Vale.
Entonces cual cojo ¿el verde o el azul?- le saca la lengua a la vez que se
dirige al baño con el que es del mismo color que los ojos que un día la
hipnotizaron; azul.
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