Zaragoza, 18 de abril a las 14:15…
<< Hoy no estás. Hoy no te he visto.
Hoy mi corazón no para de pronunciar tu nombre. Hoy necesito estar contigo. Hoy
quiero que me abraces hasta el fin. Hoy mi cabeza se ha fugado contigo. Hoy mis
palabras no salen si no eres tú el que las escucha. Hoy deseo volver a estar en
ese baño; tú y yo solos, sin nadie más. Hoy simplemente ansío el momento de
estar junto a ti. >>
<<Piiiiiiiiii>>
La alarma suena y en ese instante, una
manada de alumnos deseosos de salir del colegio, corren como si les fuera la
vida en ello. Otras chicas salen de clase tranquilamente esperando a sus amigas
para volver a casa, otros alumnos se quedan copiando los últimos apuntes que ha
dictado el profesor, otros tantos salen ya por la puerta contentos de que ya es
viernes y tienen todo un fin de semana por delante. Los profesores, por su
parte, también están contestos de que se haya acabado la semana y puedan
regresar a sus casas con su familia.
Paula siempre suele ser de las últimas.
Sale cuando ya casi nadie queda en el instituto. Pilar se frustra mucho porque
no tiene mucha paciencia y siempre la incita a que corra un poco más, pero ésta
no le hace caso nunca:
-
Siempre igual maña, algún día nos quedaremos
encerradas en el colegio por tu culpa.-se echa a reír mientras le ayuda a meter
los libros.
-
No seas exagerada. No pueden encerrarnos aquí
dentro todo el fin de semana. –mete el último libro y se coloca la mochila
sobre los hombros.
-
Con lo lenta que eres no me extrañaría.-le saca
la lengua.
-
Pero si son sólo y veinte.-le muestra la hora de
su reloj de pulsera.-eres muy impaciente Pilar.
-
Y tú muy lenta. Venga vamos que éstas fijo que
se van sin nosotras.-le agarra del brazo y le lleva hasta la puerta de salida.
Hay varios chicos dándose codazos por salir.- parecen cavernícolas-le susurra
al oído.
-
Siempre actúan así.-afirma con la cabeza.
-
Pues espero que no nos den a nosotras.
-
No creo, y si no le pegamos.-sonríe.
Tras varios minutos, consiguen salir por la
puerta y se dirigen hacia el lugar dónde quedan con el resto de la pandilla.
Están todos como siempre; los chicos hablando sobre sus temas y las chicas
cotilleando chismes. Las muchachas llegan y saludan cariñosamente a todos.
-
Hola chicos.-levantan la mano y saluda.
-
Hola.-responden al unísono todos.
Paula ve a Diana en silencio yd decide
sentarse con ella. Sabe lo que le pasa ahora mismo por la cabeza, pero no se lo
pregunta, simplemente se limita a abrazarla. Pilar por el contrario se queda de
pie. Echa un vistazo general al instituto para ver si Nacho se encuentra cerca.
No hay rastro de él. Se desilusiona, pero eso solo es hasta que él aparece por
sorpresa…
-
¿Quién soy?-le tapa los ojos a Pilar. Ella
sonríe como una enana
-
El chico más idiota del mundo.-se ríe divertida.
-
Creo que te confundes de persona.-le baja las
manos y le gira para mirarle. Está preciosa.-Soy yo; Nacho.-se ríe.
-
Sabía que eras tú, por eso he dicho eso.-sonríe
con más intensidad.
-
Tonta.-le agarra y le abraza. Diana les observa
con mucha envidia. Le gustaría ser ella. Le gustaría que la persona a la que
llamase tonta fuese ella. Le gustaría que la persona que está abrazando fuese
ella. Le gustaría que la persona que ocupa su corazón fuese ella…
Nacho se acerca a Pilar y le susurra algo
al oído. Ella sonríe como una tonta enamorada y se dirige hacia sus amigos.
-
Oye chicos, nosotros nos vamos yendo. Si hay
algún cambio con lo de esta tarde decirlo por el grupo ¿vale?
Los demás asienten y se despiden. Algún
murmullo sobre que entre Nacho y Pilar hay algo, llega a oídos de Diana, lo que
hace que ésta se vaya corriendo con las lágrimas derramándose. Paula se despide
del resto y la sigue. Sabe perfectamente lo que le pasa, ella también lo ha
escuchado.
Diana se sienta en un banco cerca del
parque que hay al lado de la salida del instituto. Paula la acompaña. Le abraza
y la consuela. Como siempre ha hecho.
-
Dianius, no puedes seguir martirizándote por
ellos dos. Tienes que pasar página.
-
No es tan fácil y lo es aún menos cuándo tu
amiga está tonteando todo el rato con él. -se seca unas lágrimas que han salido
de sus ojos.
-
Lo sé, pero tienes que centrarte en otras
cosas.-posa su brazo sobre su hombro y le acaricia.
-
¿En qué?-pregunta con curiosidad.
-
En tus amigos, en algún otro tío… no sé. En algo
que te haga olvidarle.
-
Sólo le quiero a él Paula, solo él hace que yo
sea feliz.
-
Pero te está haciendo daño Diana. No puedes
decirme que él te ayuda cuándo te hace pasarlo tan mal.
-
Él es el único mal que me hace bien.-le mira a
los ojos y se echa a llorar. Paula calla y reflexiona sobre la última frase. Ha
sido una respuesta bastante acertada, pero no se lo va a decir.
-
Me da igual Diana. No voy a permitir que estés
así. Hoy, tú y yo vamos a buscar a algún chico con el que nos divertiremos y
olvidaremos a todos los que nos han hecho daño ¿entendido? -le coge de los
hombros y hace que le mire. Quiere ver que lo que va a responder es verdad.
-
No puedo.-niega con la cabeza.
-
Si puedes. Fijo que hay algún tío detrás de ti
Diana calla y reflexiona. Parece como si Paula supiera todo cuándo no tiene ni
idea de quien habla. Decide afirmar con la cabeza y pasar por alto la última
frase que sus labios han pronunciado. Al fin y al cabo, esto es algo que sólo ella puede saber.
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