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domingo, 8 de septiembre de 2013

Capitulo 13

Zaragoza, 17 de abril a las 17:35…
-          ¿Qué hacéis vosotros aquí?
-          Pues lo mismo que tú; tomar un helado.-responde Sara mientras le da dos besos a Paula.- ¿No te alegras de vernos?
-          Claro, solo que me ha sorprendido.
-          ¿Y tú que haces aquí sola?
-          No tenía nada que hacer y me apetecía tomarme algo.
-          En ese caso, ¿te importaría que nosotros te acompañásemos?-pregunta Sara con una sonrisa en la cara que resulta imposible decirle que no. A veces Paula tiene envidia de ella, pero es una envidia sana, un envidia de amiga que sueña con gustarle a alguien.
-          Claro que no.
Sara y Pablo se quitan sus chaquetas y las dejan apoyadas en los respaldos de las sillas, mientras se sientan lentamente.
-          ¿Ya habéis pedido?
-          No, pero tampoco sé que sabor cogerme. Soy bastante indeciso.- concluye Pablo a quien no parece encantarle la idea de haber encontrado a Paula ahí.
-          Te recomiendo el de chocolate, es mi favorito.-Dice Sara mientras abre su bolso y rebusca en él.
-          El de mango también está delicioso.-interviene Paula.
-          Puede que sí pero prefiero el de chocolate.
-          Lo suponía.
-          ¿El qué?
-          Nada.- Responde tajante Paula. Estaba segura de que iba a elegir ese sabor, ya no porque le guste, sino por la persona quien se lo ha recomendado.
-          Entonces nos cogeremos los dos de chocolate ¿no?-pregunta Sara intentando obviar la pequeña discusión de antes.
-          Vale, vamos.
Los dos chicos se levantan de sus sillas con unos euros en la mano. Eligen cada uno el sabor que les apetecía, pagan sus respectivos precios y vuelven a la mesa.
-          ¿Qué tal están?- Sara da un pequeño bocado a su helado.
-          Delicioso.-contesta Sara.
-          ¿Y el tuyo Pablo?
-          También.-responde Pablo aunque sin mucha emoción. Hay una gran diferencia entre ellos dos y cuesta de creer que en tan poco tiempo se hayan hecho tan amigos. Se rumoreaba que Sara solo estaba con Pablo para intentar olvidar a Lucas, pero esas habladurías desaparecieron hace ya tiempo. Sara no siente nada por él, aunque de él; Paula nunca ha estado segura de si en verdad sentía algo más por ella que una simple amistad.
-          Me alegro.
Los tres chicos saborean sus helados y comparten entre ellos algunas sonrisas y unas cuantas carcajadas a causa de la torpeza que ha tenido Paula de tirarle un poco de helado en la camisa de Pablo. La chica se avergüenza de inmediato y le acompaña al baño, dónde le ayuda a limpiarse:
-          No se va, joder.
-          Yo de verdad que lo siento mucho, ha sido un gran error por mi parte.- se disculpa Paula un poco entrecortada por la metedura de pata. Le causa mucha vergüenza hacer el ridículo de esa manera, pero en realidad no sabe cómo ha sucedido exactamente, cómo se despistó, qué estaba mirando para que sucediera eso; sus ojos, su mirada, sus labios… no lo sabe.
-          Eso da igual ahora, lo que importa es que esto no se va y no tengo otra camisa.
-          Igual si le das con un poco de jabón se va.
-          Puede ser, vamos a probar.
-          Vale.-Paula se dirige a la balda dónde está colocado una pastilla de jabón. La coge y se la entrega a Pablo cuándo…- Toma aquí la tie… ¿¿¡¡qué haces sin camiseta!!??
-          Si quiero lavarla bien tendré que quitármela, no hay ningún problema ¿no?
-          << ¿Qué no hay ningún problema? ¿Me estás vacilando? ¡Cómo se te ocurre quitarte la camiseta delante de mí! Aunque la verdad es que tiene buen cuerpo y unos buenos músculos. Se podría decir que está hasta bueno. ¡Pero que narices digo! Si no me gusta, ¿o sí?...>> - No no, solo que me ha sorprendido nada más.
-          Perfecto.-Paula no deja de mirar cada parte de su cuerpo, le sorprende que un chico que sea tan tímido tenga tan buen cuerpo. Está increíblemente bueno y lo raro es que no se haya dado cuenta antes. Quizás él no quería causar esa impresión aunque sigue sin comprenderlo.- ¿Podrías dejar de mirarme y ayudarme? Sara nos está esperando y no quiero tardar mucho.
-          << Claro, Sara lo había olvidado, es por ella por quién has venido. En fin, era de esperar>> - Oh si, perdona, enseguida acabamos.

Y mientras los dos chicos hacen todo lo posible para limpiar la camisa, Paula le mira de reojo cada vez que éste no se da cuenta. Todavía no sabe el porqué de sus mejillas coloradas, de su sonrisilla tonta, de sus ojos iluminados, pero solo espera que no sea lo que ella está pensando en este momento.

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