Zaragoza, 5 de marzo a las 18:35…
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¿Quieres una copa?
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No me vendría nada mal.
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Que prefieres; ¿un vodka o un ron con Coca-Cola?
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Lo que me pongas estará bien.
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Ok.
La chica rellena una copa vacía con ron y
después le añade un poco de Coca-Cola, luego se sirve lo mismo para ella.
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Toma, aquí tienes.
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Gracias.
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Por cierto, ¿cómo te llamas?
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Pablo, creo que ya me he presentado antes.
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Sí, perdona es que no estaba muy atenta.
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No te preocupes. ¿Y tú cómo te llamas?
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Tampoco creo que te importe mucho saber mi
nombre.
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¿Por qué dices eso?
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Porque es la verdad. Eres amigo de Sara ¿no?
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Bueno, más o menos.
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¿Más o menos?
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Sí, es que nos acabamos de conocer.
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¿Estás de broma no?
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No. La he conocido en el autobús, hemos empezado
a hablar y me ha invitado a venir con ella aquí. Aunque ahora mismo no la veo.
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Creo que se ha ido a hablar con Lucas.
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¿Ese chico que me miraba raro?
-
¿Te miraba raro?
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Sí. Parecía como si le molestase que estuviera
aquí.
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Eso será porque venías con Sara.
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¿Son novios?
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No, pero deberían serlo.
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Entiendo.
Los dos dan un sorbo a sus copas.
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Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?
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Claro.
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¿Qué has hecho para que Sara te deje venir con
ella?
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¿Perdona?
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Sara es un poco tímida y no suele hablar con
desconocidos. Has debido causarle muy buena impresión.
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La verdad es que no he hecho nada.
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Es muy guapa.
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¿Y eso qué tiene que ver?
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Nada. Yo solo te lo digo.
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Ah.
Vuelven a dar otro sorbo. La chica le mira
de reojo. Se ha puesto colorado. Le hace gracia ver que él también lo piensa.
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¿Ya te has enamorado de Sara?
-
¿Qué dices?
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Que si ya te has enamorado de ella.
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¿¡Cómo me voy a enamorar de alguien que acabo de
conocer hace media hora!?
-
¿Nunca has oído hablar del amor a primera vista?
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Sí, pero no creo en eso.
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Pues deberías.
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No me parece creíble que dos personas se
enamoren tan solo por haberse visto una vez.
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Existe, yo soy la prueba.
-
¿Has enamorado a alguien a primera vista?
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No, a mí me enamoraron a primera vista.
-
¿Y fuisteis novios?
-
Sí.
-
¿Y todavía seguís juntos?
-
No.
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¿Ves?, el amor de esa forma no existe.
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Sí que existe. Nosotros cortamos por otras
circunstancias, pero te aseguro que en un principio nos queríamos, o eso creo
yo.
Una pequeña lagrimilla cae sobre el rostro
de la joven. El chico la observa callado y con un poco de culpabilidad. Se mete
la mano en el bolsillo y coge un pañuelo de papel y se lo entrega. Seguidamente
anota en otro papel un número y también se lo da.
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Toma, si necesitas desahogarte en cualquier
momento llámame, yo también he pasado por algo parecido.
-
¿También has cortado con tu novia?
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Se podría decir que sí.
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Lo siento mucho.
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No te preocupes, ambos sabíamos que lo nuestro
no podría durar más.
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Sé lo mal que se siente cuando lo dejas con
alguien.
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Sí, pero ahora lo mejor es no pensar en eso.
-
Tienes razón.
-
Y bien, ¿quieres decirme ahora tu nombre?
-
Mi nombre es Diana, encantada.
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