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lunes, 2 de septiembre de 2013

Capítulo 7

Zaragoza, 5 de marzo a las 18:35…
-          ¿Quieres una copa?
-          No me vendría nada mal.
-          Que prefieres; ¿un vodka o un ron con Coca-Cola?
-          Lo que me pongas estará bien.
-           Ok.
La chica rellena una copa vacía con ron y después le añade un poco de Coca-Cola, luego se sirve lo mismo para ella.
-          Toma, aquí tienes.
-          Gracias.
-          Por cierto, ¿cómo te llamas?
-          Pablo, creo que ya me he presentado antes.
-          Sí, perdona es que no estaba muy atenta.
-          No te preocupes. ¿Y tú cómo te llamas?
-          Tampoco creo que te importe mucho saber mi nombre.
-          ¿Por qué dices eso?
-          Porque es la verdad. Eres amigo de Sara ¿no?
-          Bueno, más o menos.
-          ¿Más o menos?
-          Sí, es que nos acabamos de conocer.
-          ¿Estás de broma no?
-          No. La he conocido en el autobús, hemos empezado a hablar y me ha invitado a venir con ella aquí. Aunque ahora mismo no la veo.
-          Creo que se ha ido a hablar con Lucas.
-          ¿Ese chico que me miraba raro?
-          ¿Te miraba raro?
-          Sí. Parecía como si le molestase que estuviera aquí.
-          Eso será porque venías con Sara.
-          ¿Son novios?
-          No, pero deberían serlo.
-          Entiendo.
Los dos dan un sorbo a sus copas.
-          Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?
-          Claro.
-          ¿Qué has hecho para que Sara te deje venir con ella?
-          ¿Perdona?
-          Sara es un poco tímida y no suele hablar con desconocidos. Has debido causarle muy buena impresión.
-          La verdad es que no he hecho nada.
-          Es muy guapa.
-          ¿Y eso qué tiene que ver?
-          Nada. Yo solo te lo digo.
-          Ah.
Vuelven a dar otro sorbo. La chica le mira de reojo. Se ha puesto colorado. Le hace gracia ver que él también lo piensa.
-          ¿Ya te has enamorado de Sara?
-          ¿Qué dices?
-          Que si ya te has enamorado de ella.
-          ¿¡Cómo me voy a enamorar de alguien que acabo de conocer hace media hora!?
-          ¿Nunca has oído hablar del amor a primera vista?
-          Sí, pero no creo en eso.
-          Pues deberías.
-          No me parece creíble que dos personas se enamoren tan solo por haberse visto una vez.
-          Existe, yo soy la prueba.
-          ¿Has enamorado a alguien a primera vista?
-          No, a mí me enamoraron a primera vista.
-          ¿Y fuisteis novios?
-          Sí.
-          ¿Y todavía seguís juntos?
-          No.
-          ¿Ves?, el amor de esa forma no existe.
-          Sí que existe. Nosotros cortamos por otras circunstancias, pero te aseguro que en un principio nos queríamos, o eso creo yo.
Una pequeña lagrimilla cae sobre el rostro de la joven. El chico la observa callado y con un poco de culpabilidad. Se mete la mano en el bolsillo y coge un pañuelo de papel y se lo entrega. Seguidamente anota en otro papel un número y también se lo da.
-          Toma, si necesitas desahogarte en cualquier momento llámame, yo también he pasado por algo parecido.
-          ¿También has cortado con tu novia?
-          Se podría decir que sí.
-          Lo siento mucho.
-          No te preocupes, ambos sabíamos que lo nuestro no podría durar más.
-          Sé lo mal que se siente cuando lo dejas con alguien.
-          Sí, pero ahora lo mejor es no pensar en eso.
-          Tienes razón.
-          Y bien, ¿quieres decirme ahora tu nombre?
-          Mi nombre es Diana, encantada.


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